Nunca me he
sentido tan desconcertado con un libro como con este El circo de la noche. Y es que no tengo ni idea de si me ha gustado
o no. Si tuviera que arriesgar un veredicto sin más remedio, creo que diría que
no… El problema es que en muchas ocasiones se me hacía pesado. Hay veces que es
lento o simplemente aburrido. Pero también tiene momentos tan originales y
especiales que me da pena descartarlo tan alegremente. No me atrevo a
recomendarlo, pero tampoco quisiera quitarle a nadie la idea de leerlo. Aquí
simplemente os voy a explicar algunas cosas del libro, y luego ya decidís
vosotros si os merece la pena invertir tiempo en él.
El Circo de
la noche no es un circo normal. Ya no solo porque aparezca repentinamente y
desaparezca del mismo modo, ni porque nadie sepa en qué ciudad se instalará, ni
siquiera por su peculiar horario nocturno o su estética que olvida cualquier
color que no sea blanco o negro. No, el verdadero factor que lo hace especial
es que casi no podríamos llamarlo “circo”, al estilo de los de “¿Cómo están ustedes?”, sino que es
realmente una sucesión de experiencias sensoriales, un verdadero mundo aparte.
Para empezar, no se estructura en una gran carpa con gradas para los
espectadores y pistas para los artistas, sino que es un laberinto de senderos
que desembocan en pequeñas carpas o plazas, donde el espectador puede elegir
entrar o no, contemplar el espectáculo que se desarrolla ahí o continuar su
camino. Y no solo hay malabaristas y contorsionistas, sino que algunas carpas
escondes secretos y magia.
Pero el
circo, a pesar de toda su magnificencia, no es más que un escenario, donde se
desarrolla la trama de la novela: Desde hace mucho tiempo se celebra una
competición. Próspero el Encantador, el ilusionista más famoso del mundo
(gracias a que realmente puede hacer magia: es un mago que hace pasar su
talento por simples trucos de ilusión), y un extraño personaje, el hombre del
traje gris, el Sr. A. H., que comparte la habilidad mágica del primero, llevan
realizando la competición desde hace mucho. Cada uno entrena a un pupilo, que
luego deberá enfrentarse al de su contrincante para ver quién es mejor. Pero no
con un duelo mágico. Todo es mucho más sutil.
En esta
ocasión se enfrentan Celia y Marco. Aunque ellos ni siquiera saben quién es su
oponente. Todo lo que saben es que para vencer deben realizar prodigios cada
vez mayores para el Circo. Jardines de hielo, árboles de los deseos, criaturas
de papel y niebla… Cosas imposibles que deslumbran a los espectadores y hacen que el circo sea tan especial. Y aún
sin conocerse, a través de sus obras van descubriendo al otro, y hasta van
surgiendo sentimientos que no deberían surgir siendo competidores.
Esta sería la
trama principal de la novela. Creo que tampoco me ha quedado muy atractiva, no
sé muy bien cómo explicárosla. Quizás es una especie de historia propia de Tim
Burton. Pero mucho más compleja, porque a ella se suman varios personajes
misteriosos, tramas secundarias, etc.
Los personajes están tremendamente elaborados, y hasta en los más
secundarios se aprecia antes o después la influencia que el Circo ejerce.
Además, la narración se divide en dos partes, una que comienza cuando Celia y
Marco son niños y que va avanzando temporalmente con ellos; y otra, varios años
después, con una historia paralela. Ambas ramas van intercalándose, y la una se
debe a la otra, y se explican y complementan mutuamente.
Es un libro
complicado. Ya os digo que en ocasiones me cansaba y aburría, pero otras me
captaba completamente. Me gusta especialmente la introducción a algunos
capítulos, donde no aparecen los personajes, sino que la autora, Erin Morgenstern, se dirige directamente al lector para presentarle el circo, como
si tú mismo fueras paseando por él. Y el estilo es tan directo que me llamó la atención,
pues no suele encontrarse en las novelas:
“De pie en una plataforma en mitad del
gentío, lo bastante alto para que se las pueda ver bien desde cualquier ángulo,
se aprecian dos figuras inmóviles como estatuas. (…) Da la sensación de que
están abrazados, aunque en realidad no se tocan. Cada uno de ellos tiene la
cabeza inclinada hacia el otro y los labios inmóviles, en el momento anterior
(o posterior) al beso. Aunque los observas durante un buen rato, no se mueven.
No estiran los dedos, no pestañean. Ni siquiera parece que estén respirando.
–No son de verdad –comenta alguien a tu
lado.
Muchos espectadores se limitan a echarles un
vistazo antes de seguir caminando, pero cuanto más tiempo los observas, más
fácil te resulta detectar el sutil movimiento (…). Cada uno de ellos gravita
sin fin hacia el otro. Y, a pesar de ello, no se tocan.”
MORGENSTERN,
E. (2012). El circo de la noche. Barcelona:
Planeta, p.329-330. ISBN:9788408111696.
No sé tampoco
para quién podría ir dirigido especialmente el libro. En fin, si eres chico y
te gusta solo la acción, pues pasa de esta novela. Para el resto… si eres joven
pero no te asusta una lectura que a veces puede ir algo lenta; si eres mayor
pero no te importa que una historia contenga magia y algo de fantasía; si no
buscas una novela de amor cursi y si eres capaz de dejarte llevar por una
historia en la que ser mago no tiene nada que ver con Harry Potter, sino con
crear ilusión, entonces quizás te guste. O puede que no… Yo os dejo aquí el primer capítulo, para que decidáis vosotros mismos. Y en caso de duda, siempre
se puede esperar a que salga en bolsillo. Así, si luego no te gusta, siempre
queda el consuelo de que te has gastado menos…
Por cierto,
no sé qué carajo pinta esa portada. No veo que tenga nada que ver. La original
era más adecuada:
-Título:
El circo de la noche.
-Autor:
Erin Morgenstern.
-Género:
Narrativa.
-Editorial:
Planeta.
-Precio:
19,90€.
-Isbn:
9788408111696.
-Alma:
En blanco y negro, de bruma y fuego blanco, con sabor a ratoncillos de
chocolate.
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