Bienvenidos a
la segunda entrega del diario. Hoy voy a explicaros la diferencia entre grande
y pequeño, porque el tamaño importa. Pero lo primero, la sintonía de Barrio
Sésamo, para ponernos a tono:
Bien, ahora
podemos comenzar. Veréis, el mundo de los libros se divide en dos grandes
grupos: los libros de bolsillo y los libros de tamaño estándar. Normalmente el
proceso es el siguiente: la editorial publica primero el libro en una edición
de tamaño normal, ya sea encuadernada en rústica o en cartoné. Pasado un año,
más o menos, es cuando se publicará la edición en bolsillo. Por eso, no
demostréis ignorancia y tacañez preguntando si un libro que acaba de publicarse
ha salido ya en bolsillo. “Sí, para usted”, pensará el librero.
Debo además
advertiros de algo. Muchas, muchas personas no saben que un libro en edición
bolsillo es igual que su homólogo normal, solo que más pequeño. Es increíble la
frecuencia con que esto sucede. La típica Señá Ramona llega con los dos ejemplares,
y te pregunta: “ay niño, ¿estos libros son distintos?”. Y le explicas que no,
que solo cambia el tamaño de la letra. Y la Señá Ramona te mira como si dijeras
sandeces, y te dice: “que no, que no, niño. ¿Cómo un libro tan gordo va a coger
en otro tan chico? Eso es que está resumido”. Y le vuelves a explicar que no. Y
como te mira con sospecha, le enseñas algún fragmento, que vea que son iguales.
Y entonces llega su marido, y le pregunta: “bueno, ¿al final cuál te coges?”, y
ella contesta: “este, que el otro está resumido. Gracias niño”. Y se va.
Desconcertante.
Espero que
tras leer esto, confiéis en mí al deciros que un libro de bolsillo no está
resumido…
¿Sabéis cómo
surgieron los libros de bolsillo? Bueno, pues es una historia curiosa que os
voy a contar. Seguramente tenéis constancia de que la imprenta se inventó en el
s. XV. A pesar de que esto favoreció la difusión de los libros, seguían estando
dirigidos a un público muy restringido, simplemente porque solo una élite de la
sociedad sabía leer. Pues bien, un impresor veneciano, Aldo Manucio, pensó que
abaratar el coste de los libros podría ayudar a su generalización. Dicho y
hecho. El buen hombre editó una colección de literatura clásica en un tamaño
menor que el común, el de una octava, que es el ordinario para los libros de
bolsillo (la mitad de un folio). La colección no tuvo un gran éxito, pero fue el germen del que nació
el libro de bolsillo.
Por supuesto,
la regla del año que antes os comentaba es solo orientativa. Existen varias excepciones: si el libro
permanece mucho tiempo entre los más vendidos, podéis estar seguros de que no
se publicará en bolsillo hasta que no salga del top de ventas. Por eso se puede
alargar el plazo del año. El tiempo entre
costuras, Los ojos amarillos de los cocodrilos o El jardín olvidado son ejemplos de libros que se venden bien y han
tardado mucho en salir en bolsillo, llegando a veces a publicarse nuevas
novelas del autor/a antes de que saliera la anterior en esa edición.
El efecto
contrario puede darse también: si un libro se vende poco, es posible que salga
antes en formato reducido. Y en ocasiones la editorial apuesta por un libro
pero no lo suficiente como para publicar una edición en tamaño grande, y lo
publica directamente en bolsillo, poniéndole un sellaco de “inédito”, como si
eso fuera destacable. La realidad es que la mayoría de esos libros son
cacarraca: si la editorial misma no ha confiado en ellos, ¿por qué iba a hacerlo
el lector? Hay algunas excepciones, pero son las menos. Por ejemplo, La casa Riverton se publicó directamente
en bolsillo, pero al venderse bien acabó saliendo también en rústica. Ya sabéis de todos modos la opinión que tengo de esa novela...
Entre medias
hay varias alternativas también: con motivo de la Feria o del Día del Libro
suelen editarse ediciones en bolsillo un poco más curiosas, o en cartoné, o
hasta con precios aún más baratos. Suelen ser buenas ocasiones para adquirir
buenos libros. También sucede lo contrario: si un libro se vende bien, la
editorial procura exprimirlo al máximo, y antes de publicar la edición en
bolsillo publica una en “maxibolsillo”. O lo que es lo mismo, un pelín más
grande y mucho más cara. El ejemplo que más me indigna es el de El tiempo entre costuras, que cuesta
casi 15 eurazos y apenas es mayor que el bolsillo normal. Yo, la verdad, espero
tranquilamente a que salga en bolsillo normal (con motivo de la serie ha salido una edición más baratilla, a 12 euros con no sé cuanto), que como diría la Señá Ramona,
“el que no tiene para más, con su mujer se acuesta”.
Hola,
ResponderEliminarme ha encantado tu texto, trabajo en una librería y me ha hecho gracia que destaques estas curiosidades.
Muchas gracias,
Gracias a ti por leerme. Nos pasan muchas cosas a los libreros...
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